Definición de Danza.
Fundatrad. 2015.
La danza puede definirse como la actividad espontánea de los músculos bajo la influencia de alguna emoción intensa, como la alegría social o la exaltación religiosa. También puede definirse como combinaciones de movimientos armónicos realizados sólo por el placer que ese ejercicio proporciona al danzante o a quien le contempla. Se trata de movimientos cuidadosamente ensayados que el danzante pretende representen las acciones y pasiones de otras personas. En su sentido más elevado, parece ser para el gesto-prosa lo que el canto para la exclamación instintiva de los sentimientos". (W. C. Smith, A. B. Filson Young [1910], the Encyclopedia Britannica, vol. VII cit. por Leese y Packer, 1991, pp. 15-16).
Fundatrad. 2015.
"La danza es la más humana de las artes [ ... ] es un arte vivo: el juego infinitamente variado de líneas, de formas y de fuerzas, de direcciones y de velocidades, concurre a la realización de peifectos equilibrios estructurales que obedecen, tanto a las leyes de la biología como a las ordenaciones de la
estética". (Bourcat, 1964, p. 5).
IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA DANZA
Taller de iniciación a la Danza. Fundatrad 2015
El estudio de la danza contribuye mucho al desarrollo del equilibrio estructural; los defectos naturales pueden ser corregidos y el aprendizaje de actitudes armoniosas puede dar origen a un valioso perfeccionamiento corporal.
La danza contribuye de manera indudable al mejoramiento y conservación de la belleza corporal: con la práctica de ejercicios coordinados se pueden corregir la mala posición del busto, la desigualdad de los hombros, los omóplatos y las rodillas salientes; la rigidez de las manos, de los dedos, del cuello; los pies planos, etc.
Los ejercicios diarios reducen el exceso de grasas y combaten así la obesidad que destruye la hermosa línea corporal. El desarrollo general de la musculatura mejora por otra parte el aspecto personal tornándolo más seductor y haciéndolo, al mismo tiempo, más resistente a la fatiga; favorece asimismo las funciones digestivas al evitar la producción de toxinas que actúan de manera nefasta sobre la salud y la tez.
Los movimientos armoniosamente combinados aumentan la capacidad respiratoria y el aporte de oxígeno a la sangre; las mejillas se colorean y la curvatura torácica se acentúa, dando a las
personas así ejercitadas un aspecto más sano y vigoroso.
La piel adquiere, gracias al adiestramiento, una mayor elasticidad.
Se observa frecuentemente, después de algunos años de práctica, que los alumnos experimentan una completa transformación: caminan airosamente, tienen facilidad en cualquiera de sus movimientos, sus desplazamientos son naturales. La cabeza erguida y la mirada franca y directa, reflejan la seguridad de una juventud que ama la vida y el esfuerzo.
La justa visión y percepción de las formas: Para bailar bien se necesitan dos cualidades muy distintas: Ver: cualidad física muy corriente dado que se trata de la visión real del ojo. Para seguir e imitar los gestos y evoluciones del profesor, observarse a sí mismo en el espejo, y realizar las correcciones necesarias en las posiciones adoptadas, es indispensable tener buena vista y, percibir: facultad excepcional de la mente vinculada con la imaginación a la que, por otra parte, sobrepasa. Se trata aquí de un don personal e innato; los alumnos así privilegiados elaboran mentalmente las posiciones estéticas y las concretan de inmediato sin esfuerzo visible.
Al igual que los dibujantes, los pintores y los escultores, los dotados para la danza ven en forma directa, sin enseñanza previa; disciernen la armonía de las líneas y el equilibrio de las formas antes de conocer sus leyes. Poseen, en cierto modo, la percepción constante de la obra de arte viva.
El sentido del ritmo. La naturaleza es pródiga en ritmos grandiosos (las mareas, las estaciones, los solsticios, los días, etc.), y ritmos casi imperceptibles (los latidos del corazón); y el hombre, por su parte, ha creado ritmos por medio del lenguaje, de las máquinas, del arte. En todo hay encadenamiento, correspondencia de los elementos y respeto hacia un determinado principio fundamental o de analogía, que caracteriza el fenómeno o la obra considerada. En la danza sucede lo mismo, y son los impulsos vitales del cuerpo los que se concretan en marchas, galopas, valses, pas de deux, de trois, etc. Respecto de todas las artes, en la danza es, sin duda, donde se integra el mayor número de ritmos.
La velocidad. Una de las cualidades más apreciadas en la danza es la rapidez en la iniciación de ciertos movimientos. A los bailarines se los califica de brillantes cuando unen al dominio absoluto de los gestos, el dominio instantáneo de los medios expresivos. Muy excepcionalmente se los descubre, porque su capacidad fuera de lo común proviene de una disposición muy particular, vinculada con la ordenación mental, nerviosa y muscular del individuo.
La fuerza. Dado que la danza debe ser apreciada de lejos, exige una gran amplificación de los movimientos en relación con la gesticulación normal; por eso un gesto de llamada realizado habitualmente con la mano, debe ir acompañado del brazo; una actitud de abandono de la cabeza exige la intervención del torso; el simple caminar será puesto de relieve por el trabajo de toda la pierna, etc. El desarrollo y la intensidad de esos movimientos deben estar sostenidos por una acción muscular fortalecida. Por otra parte, ciertos ejercicios como los saltos, las puntas, los equilibrios con elevación de los miembros, exigen particulares esfuerzos suplementarios para los cuales, a menudo debe recurrirse a todo el poder muscular, llevando éste a su máxima potencia.
La flexibilidad. Si la comprensión cabal de los gestos por parte del público exige la amplificación de los mismos, ésta será mayor cuanto más acentuados sean los movimientos de los miembros y del cuerpo. Se trata, entonces, de obligar a los músculos a trabajar en los límites extremos de sus posibilidades, para obtener actitudes o movimientos muy desarrollados y diversos. Después de una práctica adecuada, todos los bailarines adquieren una gran libertad de movimientos; el juego de las piernas y del torso se vuelve más libre y la envergadura de los brazos se desarrolla sensiblemente. La flexibilidad se suma a la fuerza, y la técnica de la danza se enriquecerá así con nuevas realizaciones. Se logran audaces equilibrios, y grandes juegos de líneas se suceden armoniosamente gracias a la mayor participación de las piernas en la ejecución
de las posiciones y los movimientos.
La resistencia. Los bailarines, como los deportistas, están sometidos a pruebas de resistencia condicionadas por las dificultades, la rapidez y la duración de las evoluciones y de las escenas.
La elevación. La expresión, corriente en la danza, tener elevación, caracteriza a los bailarines que poseen aptitudes particulares para el salto y la elevación. Esta preciosa facultad se desarrolla sensiblemente mediante la práctica de los ejercicios adecuados.
El equilibrio. Debido a sus evoluciones y a la amplitud de movimiento de sus miembros, los bailarines están siempre en conflicto con las leyes del equilibrio. Las frecuentes oscilaciones, la
elevación de las piernas, los cambios de los pies para las distintas posiciones y las piruetas, crean sin cesar la inestabilidad. La imaginación. No hay arte sin imaginación; y ésta encuentra en la danza un medio natural de expresión para concretar sus creaciones. No se concibe un buen bailarín que no sea capaz de unir fielmente la acción al pensamiento, para componer actitudes equilibradas, o para hacer hablar sus gestos. La imaginación es una facultad congénita, que puede desarrollarse mediante el estudio de la música, de las artes y de la poesía. Los ejercicios imaginativos encontrarán un amplio campo de aplicación en la improvisación y la composición de la danza.
La expresión. Todo bailarín tiene el deber de saber captar los gestos instintivos que acompañan a las grandes emociones, para revelarlas luego con nitidez y veracidad. En la descripción de los estados anímicos, el esfuerzo de concentración mental debe ser más intenso
aún, pues está referido a impresiones sutiles cuya expresión requiere el juego matizado de todas las facultades. Para traducir las interpretaciones vibrantes, el bailarín tiene que eliminar todas las
contingencias exteriores y, sin olvidar que es un virtuoso de las líneas estéticas, debe expresarse en primer lugar y por sobre todo como un ser que siente y se manifiesta con emoción.
Bibliografía
Flores Mónica. Tesis de Grado Propuesta Metodologica para la enseñanza de la Técnica de la Danza en el niño de tercera infancia. Chile 2005.
W. C. Smith, A. B. Filson Young [1910], the Encyclopedia Britannica, vol. VII cit. por Leese y Packer, 1991, pp. 15-16
MENSAJE DE LA DANZA
FUNDATRAD 2016
Es un honor para los Bailadores, Bailadoras y Docentes de la Fundación Cultural Tradiciones y Folklore del Oriente Venezolano FUNDATRAD, compartir el mensaje por motivo del Mes de la Danza, realizado por la Directora General de nuestra institución cultural.
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