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Muchas veces el Juego de Palos o Garrote es confundido por los no iniciados por uno de los sones o parte del tamunangue denominado «La batalla», y al respecto señala Eduardo Sanoja, maestro del Juego de Palos, que la práctica del Garrote o Juego de Palos se aprende con pasos defensivos y ofensivos que se ensayan hasta lograr su dominio, lo cual ha sido propicio para adaptarlo a la danza: «El Garrote es un duende que quién sabe cuándo se metió disfrazado de bailarín en el Tamunangue, para que la gente se confundiera y no lo encontraran. Y al que lo encuentra se le mete en la sangre y no se le sale más nunca».
La práctica del Garrote se comienza con el manejo del «cuadro» movimiento o desplazamiento básico de piernas y tronco desde donde salen todos los lances de ataques y movimientos defensivos, sigue en orden las figuras que son una serie de movimientos propuestos por el maestro, repitiéndose hasta el cese de los mismos, luego viene el «Reparto», ensayo de ciertos lances entre parejas y posteriormente se «juega», indicación por parte del maestro hacia los practicantes más avanzados para poner en práctica los conocimientos adquiridos; por último, se «riñe». Este debe ser un juego libre, espontáneo y fluido. Por lo general, una práctica termina o cierra con un «registro», especie de examen que el maestro realiza a los alumnos para avaluar lo aprendido en la clase.
Un Juego de Palos, es máxima concentración de energía, enfocada y que fluye disparada hacia un punto específico: el cuerpo del oponente. El cuerpo de un jugador de palos oscila entre la tensión y la relajación, el manejo equilibrado entre ambos estados corporales es lo que permite pasar con fluidez del ataque a la defensa y viceversa. Ver a dos jugadores de palo, es lo más cercano a ver un felino preparado para dar el zarpazo. En el Juego de Palos la mirada es esencial. Al jugar, no se debe ver el garrote, pues este es más veloz que la vista, sino, debe seguirse los ojos del oponente y con los sentidos en alerta total. Ahí esta la clave para presentir, anticipar el lance, esquivarlo o tratar de bloquearlo.
Un Juego de Palos: un lance y una defensa. El oponente anticipa la intención y mezquina la intención acortando el golpe, el otro responde y se encadena el ataque. Todos los palos o lances tienen el mismo destino: el cuerpo oponente. En este juego no hay mentira. La vistosidad que se desprende de los movimientos pertenece a una estética de la sobrevivencia. La vistosidad y destreza felina que ostentan los cuerpos entre «lances» y «quites» provienen del instinto de preservación y de la práctica constante de la técnica. De esta manera lo instintivo adquiere una nueva calidad y se hace memoria corporal.
Fotografía tomada de:
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Palo franco, revés, pescuezero y barrecampo, tapa chorreada y completa, puyas y salidas en limpio, atravesao y jaladas del cuadro se suceden alternadamente entre pequeñas pausas, así entre ráfagas de ataques y contraataques, de esquivas y bloqueos la única música que se escucha es la que proviene del entrechocar de los palos, del zumbido de los garrotes, del rumor de los pasos buscando pisar firme sobre la prisa. En esos momentos de máxima intensidad es donde el ritmo interno de los oponentes hace la diferencia, ya que hasta el acto de tragar saliva produce un estruendo que pone en riesgo la danza del jugador menos diestro.
Fuentes:
1. BAPTISTA, Félix .El cuerpo Defenso.
2. SANOJA, Eduardo. «El juego del Garrote» en El Garrote en nuestras letras. Estado Lara.1990. Pág. 152.
2 comentarios:
Excelente reseña...vale la pena leer una publicacion de tan alta calidad...gracias por extender la cultura de nuestro pais.Espero nuevas publicaciones.
Gracias por su comentario...Si quiere que tratemos algún aspecto en particular comuniquelo y con muchisimo gusto lo publicaremos.....
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