EXPLICACIÓN DE LA CELEBRACIÓN DE
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
Domingo de Ramos:
Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.
Jueves Santo:
Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.
Viernes Santo:
Ese día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Via Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.
Sábado Santo o Sábado de Gloria:
Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.
Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua:
Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.
¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año?
El pueblo judío celebraba la fiesta de pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.
En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.
Jesús es el nuevo cordero pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.
Sugerencias para vivir la Semana Santa
Asistir en familia o a los oficios y ceremonias propios de la Semana Santa porque la vivencia cristiana de estos misterios debe ser comunitaria.
Se puede organizar una pequeña representación acerca de la Semana Santa.
Poner algún propósito concreto a seguir para cada uno de los días de la Semana Santa.
Es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, via crucis significa "camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman "estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.
ORACIONES INICIALES
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.
Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
1RA ESTACION: Jesús es condenado a muerte.
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Amanecía. Los soldados habían tomado prisionero a Jesús y lo llevaron al tribunal de Poncio Pilato. Este lo interrogó diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Jesús le respondió: Tú lo dices, Yo soy Rey, para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. El que es de la Verdad, escucha mi voz. Pilato, mirando a la multitud, dijo: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Mesías?. Todos contestaron: Que sea crucificado!. Pilato insistió: ¿Qué mal ha hecho?. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: ¡Que sea crucificado!. Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud diciendo: Yo no soy responsable de la sangre de este justo. Es asunto de ustedes. Y todo el pueblo respondió: Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces, Pilato se los entregó para que lo crucificasen” (Jn 19,14b-16)
Oración: Señor, a pesar de que todos estaban en contra tuyo y pedían tu muerte, tú te mantuviste firme hasta el final, sosteniendo que tú habías venido al mundo para dar testimonio de la Verdad. Sólo Tú, Señor, eres la Verdad y sé que Tú, que eres la Verdad, escuchas mi voz. Ayúdanos a tener tu fortaleza y a dar testimonio de Ti, Verdad absoluta, ante nuestros familiares y amigos, y en todos los ámbitos en los que nos movemos diariamente. Te pido también por los cristianos de todo el mundo que hoy son perseguidos, encarcelados y hasta asesinados por dar testimonio de la Verdad, para que les des la fortaleza necesaria para no dejarse vencer. Perdón Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
2DA ESTACION: Jesús lleva la cruz sobre sus hombros
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo ¡Salud, rey de los judíos! Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado del cráneo, en hebreo: Gólgota” (Mc 15,16-20; Jn 19,17)
Oración: Señor, esa cruz que cargaste sobre tus hombros eran todos nuestros pecados, MIS pecados. ¿Qué amor es más grande que aquel que es capaz de asumir las culpas ajenas? Bien sabes Señor que nosotros también cargamos una pesadas cruces en nuestra vida diaria. Ayúdanos Señor a hacer de nuestras cruces, no un motivo para autocompadecernos, para quejarme, para renegar de la vida, sino que sepamos asumirlas con alegría y fortaleza, como tu hiciste con tu Cruz, y llevarlas por el camino de la vida con el orgullo de saber que tenemos la posibilidad de compartir tu sufrimiento redentor. Te ofrecemos Señor nuestras cruces de cada día por nuestros pecados y por la conversión de todos los pecadores. Acéptalas como humilde ofrenda para que se unan a tu cruz por la salvación del mundo entero. Perdón Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
3RA ESTACION: Jesús cae por primera vez
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: Jesús, llamando a la multitud junto con sus discípulos les dijo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?” (Mc 8,34-36)
Oración: Señor, Tú nos dijiste que para seguirte era necesario abandonarlo todo, cargar nuestra cruz y caminar tras de ti. ¡Cuántas veces no nos aferramos a nuestras cruces y nos dejamos vencer por el miedo y la desesperanza y caemos por tierra! Te pedimos Señor que nos ayudes a renunciar a nosotros mismos, a nuestros miedos, a nuestros egoísmos, a nuestras exigencias, a pensar solamente en nuestras necesidades cuando hay muchos a nuestro alrededor que también tienen sus problemas y preocupaciones. Ayúdanos a salir al encuentro de los demás, a renunciar a querer ser el centro de atención, cuando el centro debes ser sólo Tú. Te damos gracias Señor porque has dado un sentido a nuestras vidas mostrándonos la vocación misionera, y te pedimos por todos los hombres del mundo que han perdido la esperanza, para que te encuentren a Ti, que eres el Camino la Verdad y la Vida. Perdón Señor, pecamos contra Ti!
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
4TA ESTACION: Jesús encuentra a María, su madre
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: María ha sido anoticiada de la triste suerte de su hijo. Va presurosa a su encuentro. No se dicen palabras, pero con la mirada se entienden. En el corazón de María resuenan las palabras de Jesús: “¿Acaso no sabías que tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre?”. Y con la mirada, ella responde nuevamente: “Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí su Voluntad”. Frente al dolor de su Hijo y la impotencia de no poder hacer nada por El, María siente que su corazón se desgarra, pero respeta su decisión de morir por nosotros, porque sabe que su Hijo no es su propiedad exclusiva, porque “su madre y sus hermanos son todos aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
Oración: Señor, tu Madre María te acompañó en todo momento, hasta en los más duros. Ayúdanos a imitar su ejemplo, acompañándote nosotros también. Sabemos que cuando nos sentimos solos, no es porque Tú dejaste de acompañarnos, sino porque nosotros dejamos de acompañarte a Ti. Danos fuerzas para perseverar junto a Ti y nunca renegar de tu Amor infinito, por más difíciles que sean las situaciones que nos toquen vivir. Te ofrecemos Señor nuestra débil voluntad, que quiere serte más fiel, diciendo, al igual que María: “Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí su Voluntad”. Nosotros también queremos ser tu madre y tus hermanos, Señor, por eso escuchamos tu Palabra y te pedimos que nos des fuerza y coraje para practicarla. Te pedimos Señor por todos los hombres del mundo que no te conocen, para que encontrando a María, tu Madre, te encuentren también a Ti. Perdón, Señor, pecamos contra ti!
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
5TA ESTACION: El Cireneo ayuda a Jesús a cargar con su cruz
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Cuando llevaban a Jesús camino al Calvario, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús” (Lc 23,26)
Oración: Señor, aquel Cireneo fue capaz de salir de sí mismo para ir a tu encuentro y ayudarte. Enséñanos a descubrir que nosotros también estamos llamados a ser Cireneos en nuestras vidas ayudando en la medida de nuestras posibilidades a aquellos que nos necesitan. Te pedimos perdón por todas aquellas veces que viendo la necesidad de un hermano que solicitaba nuestra ayuda, miramos para otro lado y le negamos nuestro apoyo. Te pedimos también Señor por todos los Cireneos del mundo, que trabajan día a día por la propagación del Evangelio y de tu Iglesia por el mundo y, especialmente, por aquellos que dedican su vida a la primera evangelización, dales fortaleza y perseverancia para cumplir con su misión. Perdón, Señor, pecamos contra Ti!
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
6TA ESTACION: Una mujer seca el rostro de Jesús
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: El rostro de Jesús está marcado por el dolor y el cansancio y bañado de sudor y sangre. De entre la multitud, aparece una mujer que se apiada de él, y con un pañuelo le seca el rostro. Tu rostro bendito, Señor, queda para siempre estampado en ese paño que fue como un bálsamo en medio de tu sufrimiento…
Oración: Te damos gracias Señor porque en el mundo existen personas capaces de “secar el rostro de los demás”. Danos señor la sensibilidad necesaria para percibir la necesidad de consuelo en nuestros hermanos, y la caridad para acercarnos a aquellos que nos necesitan y brindarles nuestro apoyo. Te pedimos perdón señor por todas aquellas oportunidades que tuvimos de consolar a algún hermano que estaba sufriendo, y no lo hicimos. Te pedimos perdón por nuestras faltas de caridad y de compasión con los demás. Te pedimos por todos aquellos hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos que sufren en los cinco continentes, para que haya una mano cerca que les brinde ayuda y consuelo. Transforma su sufrimiento en bienaventuranza, cumpliendo aquella promesa tuya: ¡Bienaventurados los que hoy sufren, porque serán consolados! Perdón, Señor, pecamos contra ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
7MA ESTACION: Jesús cae por segunda vez
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: Jesús sigue su camino, pero el peso de la cruz lo agobia, las fuerzas le fallan, y cae por tierra nuevamente. En El se cumplen las palabras del profeta Isaías: “Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento... Pero El soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. El fue traspasado por nuestras iniquidades y por sus heridas fuimos sanados” (Is 53,3-5). Pero a pesar de la nueva caída, Jesús se levanta y continúa su camino...
Oración: Señor, danos la fuerza para afrontar las dificultades, tal como tú lo hiciste en tu camino hacia la cruz. Y lo que es aún más importante, lo hiciste por amor. Lo soportaste todo por nosotros y por nuestros pecados. Y nosotros, a pesar de saber esto, seguimos pecando una y otra vez, renegando de Ti. Danos un corazón valiente capaz de enfrentarse de una vez por toda a nuestras miserias, tentaciones y debilidades, y a decirles ¡no!, a renunciar a nuestro pecado y convertir nuestra vida a Ti. Te pedimos por todos los pecadores del mundo, para que se conviertan y vuelvan sus rostros hacia Ti, único Dios verdadero. Perdón, Señor, pecamos contra ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
8VA ESTACION: Jesús consuela a las mujeres
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “En el camino hacia el calvario, seguían a Jesús muchos del pueblo y un buen número de mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén! No lloren por mí, lloren más bien por ustedes y por sus hijos” (Lc 23,27-28)
Oración: A aquellas mujeres les dijiste que era inútil lamentarse en vano, que más valía preocuparse por cambiar la vida. Ayúdanos a no ser como aquellas mujeres, a no vivir quejándonos y lamentándonos por nuestros problemas. Sabemos que eso es inútil Señor y que solo contribuye a hacernos infelices. Enséñanos, por el contrario, a buscar primero tu Reino, convencido que todo lo demás nos será dado por añadidura y a esforzarnos por llevar una vida santa y que sea testimonio de amor para quienes nos rodean. Ayúdanos a enfrentar nuestra vida con esperanza, y a desear ardientemente vivir de acuerdo a tus enseñanzas, renegando de todo lo que nos aparte de Ti. Te pedimos Señor por todos aquellos que no encuentran sentido a su vida, para que en Ti encuentren la esperanza y la paz. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
9NA ESTACION: Jesús cae por tercera vez
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: El camino es largo y difícil y la cruz se vuelve cada vez más pesada. Por tercera vez cae en tierra rendido por el cansancio, y el dolor, la falta de comida y de bebida. Pero no se da por vencido: ya se ha puesto en las manos del Padre y tiene que llegar al final, así que se sobrepone y se pone de pie. Años más tarde, Pedro escribirá en una de sus cartas: “¿Qué gloria habría en soportar el castigo por una falta que se ha cometido? Pero si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios. A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas”. (1Pe 2,20-21)
Oración: Señor, a pesar de haber caído por tercera vez, te levantaste y seguiste adelante. A veces nos cuesta tanto perseverar en tu camino.... Ayúdanos a nunca dejar de seguirte, que nunca bajemos los brazos ni nos demos por vencidos ante el pecado. Una y otra vez hemos caído, y Tú una y otra vez nos has ofrecido tu perdón y nos has recibido con los brazos abiertos. Perdón Señor por ser tan inconstantes, por nuestras reiteradas infidelidades. Danos fuerzas para ya no pecar más. Te pedimos por todos aquellos cristianos que se han alejado de Ti y que hoy viven como si no te conocieran. Suscita misioneros que les hablen de Ti y los acerquen nuevamente a la fe y a la comunión plena con la Iglesia. Perdón Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
10MA ESTACION: Desnudan a Jesús
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz:“Los soldados tomaron las vestiduras de Jesús y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como o tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba a abajo, se dijeron entre sí: No la rompamos. Vamos a sortearla para ver a quién le toca. Así se cumplió la escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica.” (Jn 19,23-24b)
Oración: Señor, en tu cruz, te quitaron hasta lo último que tenías: tus ropas, tu túnica, pero no pudieron quitarte lo más grande que tenías y que era el AMOR tan grande a los hombres, que fue capaz de llevarte hasta la muerte. Te pedimos Señor que nos ayudes a no aferrarme a las cosas materiales, a no depender de ellas, a no desesperarnos si a veces no son suficientes, o a no almacenarlas inútilmente si son demasiadas. Te pedimos perdón Señor, por todas aquellas veces que desnudamos a nuestros hermanos con nuestro egoísmo, guardándonos aquellas cosas que no necesitábamos y que para ellos hubieran sido imprescindibles. Enséñanos a ser pobres y generosos, Señor, como Tú lo fuiste en la cruz. Te pedimos por todas las personas que sufren la pobreza en el mundo, para que no les falte lo indispensable. Y te pedimos también por aquellos que tienen de sobra, para que no se pierdan en su egoísmo y aprendan a compartir con los que no tienen. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
11RA ESTACION: Clavan a Jesús en la cruz
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Cuando llegaron al lugar llamado del Cráneo, lo crucificaron. Jesús, mientras tanto, decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” (Lc 23,33ª.34ª)
Oración: Señor, hasta en el último momento mientras sufrías los dolores de los clavos que te traspasaban, pensaste en cada uno de nosotros suplicando a tu Padre que nos perdonara. Enséñanos a perdonar a nuestros hermanos. Te pedimos perdón Señor por ser rencorosos, resentidos, vengativos y duros de corazón para perdonar. Ayúdanos Señor a convertir nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, capaz de amar y de perdonar. Danos la humildad de los grandes para reconocer nuestros errores ante los demás y pedir perdón. Te ofrecemos a todas aquellas personas a las que les guardamos rencor y resentimiento: bendícelas Señor. Te pedimos por todos los hombres del mundo que viven corroídos por el rencor, libéralos de ese peso que carcome sus almas y sus corazones. Te pedimos por la paz del mundo, especialmente en este momento tan duro para muchos pueblos que viven en guerra o en peligro inminente de guerra. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
12DA ESTACION: Jesús muere por amor a nosotros
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito, exclamó: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y diciendo esto, expiró. El centurión, y los hombres que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y todo lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: Verdaderamente este era el Hijo de Dios” (Lc 23,44-46; Mt 27,54)
Oración: "No hay mayor amor que dar la vida por los que se ama", nos dijiste una vez, y no fueron sólo palabras sino que lo comprobaste con hechos, muriendo por nosotros. Tú lo diste todo, sin medida, diste tu propia vida. ¿Qué somos capaces de dar por Ti y por los que nos rodean? Enséñanos a amar como Tú lo hiciste: a todos por igual y sin medida, y que seamos capaces de entregarlo todo por todos. Te pedimos Señor por todos aquellos que en distintos lugares del mundo, entregan su vida por amor a los demás a través de su trabajo, especialmente a los que se dedican a la evangelización de aquellos que no te conocen o de los que están alejados de Tí. Fortalécelos, Señor, y haz que la entrega de sus vidas no sea en vano. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
13RA ESTACION: Bajan a Jesús de la cruz
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo entregaran. Entonces José, bajó el cuerpo de Jesús de la cruz y lo envolvió en una sábana limpia.” (Mt 27,57-59)
Oración: Señor, con tu muerte nos diste la Vida, y Vida en abundancia. Tu muerte nos trajo la salvación. Ayúdanos a se dignos merecedores de tu salvación buscando siempre la santidad en las cosas de todos los días. Señor, tu muerte no ha sido en vano. Gracias a Ti, muchos hoy podemos vivir la alegría de ser hijos de Dios. Te damos gracias porque con tu muerte en la cruz nos reconciliaste con Dios y hoy podemos ser sus amigos. Te pedimos Señor por todos los hombres del mundo que no te conocen, que no saben de esta obra redentora maravillosa que hiciste por la humanidad, para que reciban esta Buena Noticia y lleguen al conocimiento de la Verdad. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
14TA ESTACION: Entierran a Jesús
Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo
El camino de la Cruz: “Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado. Era el día de la Preparación y ya comenzaba el sábado. Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.” (Lc 23,53-55)
Oración: Señor, tu muerte nos abrió la esperanza de la resurrección. Tú nos prometiste la vida eterna. Haz que vivamos de acuerdo a esta Gracia que nos regalaste, buscando siempre amarte y amar a aquellos que nos diste por hermanos. Muchas veces nosotros también nos siento sepultados por nuestros problemas y por nuestros pecados. Ayúdanos a no quedarnos sumergidos en el dolor, sino que sepamos resucitar como Tú a una vida nueva, con la mirada puesta en la salvación que nos regalaste y en la Vida Eterna que nos tienes preparada. Danos fuerzas señor para ser testigos de esperanza entre quienes nos rodean, y acuérdate de todos aquellos valientes misioneros, hombres y mujeres, que asumen la responsabilidad de llevar tu esperanza a todos los pueblos del mundo. Perdón, Señor, pecamos contra Ti.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras se
preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas
resplandecientes. Asustadas, se postraron sobre su rostro,
pero ellos les dijeron:
¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: "El Hijo del
hombre tiene que ser entregado en manos de hombres *pecadores, y ser
crucificado, pero al tercer día resucitará."
El anuncio de la resurrección convierte su tristeza en alegría. Jesús está vivo y
nosotros vivimos en Él para siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la
humanidad una renovada primavera de esperanza.
Jesús, enséñame a mantener siempre la esperanza.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Rezamos: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.
Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.
Fuente: www.misiones.catholic.net